domingo, 2 de mayo de 2010

oda al mexicano

Oda al mexicano.

tus ojos rasgados me parten el alma.

al principio no me di cuenta
hasta que te los vi cargados de lágrimas
llorando algo tan lejano
pero que siempre tenías en el corazón atravesado.
una pena atragantada
que a penas te dejaba respirar.

yo te vi las lágrimas
empapándote la cara.
sabía por qué llorabas,
pero no era por eso,
era una pena más profunda, más antigua,
que yo no entendía
pero que hizo que nuestras almas hablaran
y en su idioma
mi alma prometiera a la tuya
amor eterno, compañerismo
hasta el último día.
compañerismo más allá de cualquier traición
o error
compañerismo en el éxtasis y en la miseria
compañerismo en un viaje
que ninguno de los dos entiende
pero que ambos caminamos
tragándonos, como podemos, el polvo
que otros ni siquiera notan.

ahora, tres años después,
tus ojos me devuelven, sin previo aviso
esa imagen
ese mexicano tan joven, tan niño,
tan lejos de su casa
tan, tan bello
en su tan profunda pena
que a su vez
es su única alegría verdadera.

entonces recuerdo porqué te amo.

y no sirve de nada sentirse así...

¿me vas a decir que algunas veces no te acuerdas
de mí?
¿que no te golpea, como un bate en plena cara
un recuerdo?
¿que una oruga en el fondo de tu estómago
no grita mi nombre?
¿que en la emoción más profunda de la música
no te has topado alguna vez con mi esencia?
y sin embargo,
haces como si nada.
los años pasan
y sigues sin perdonarme.
la vida siguió para ti.